Cuando hablamos de citas, de conocer a alguien, sobre todo si es chico, y sobre todo si es heterosexual, siempre hay un deje de pesimismo y de hastío en la conversación. La mayoría de mis experiencias y las de mis amigas dejan bastante que desear, si no es porque al final no tiene un algo que te haga seguir adelante, es porque el que sí creías que lo tiene, de la nada te deja de contestar.
He escuchado bastante es el "quizás deberías probar con otro tipo de chico", lo que sucede es que tienen abierta la puerta todos, pero aun así, ninguno ha llegado a demostrar que está al nivel de lo que yo misma ya puedo ofrecerme. Y además, sumar.
Es lo que sucede hoy en día y al parecer muchos hombres no interiorizan, siento que se han quedado atrás y nosotras hemos seguido avanzando. Nos mantenemos solas, nos curamos las heridas solas (o con ayuda), nos damos amor, nos damos atención... y ellos se mantienen en una mentalidad arcaica y desfasada, eso es lo que les hace no estar a la altura de lo que una es capaz de hacer.
Un amigo me dijo una vez "yo quiero salir con las de 20, porque esas no te montan pelea no vienen traumadas, en cambio las que están mas cerca de los 30 o los pasan vienen ya traumadas y exigiendo", y me hizo mucha gracia, además de enfadarme y discutir con él. Primero nos destrozan para luego, cuando nos conseguimos curar y les exigimos lo mismo que nosotras somos capaces de dar, somos demasiado difíciles, todo porque ellos no pretenden esforzarse por hacer ningún cambio.
Pero quién puede culparles de que no quieran, yo también, creciendo en un sistema patriarcal y machista, donde lo que me venden es que soy el que manda, el que tiene el poder, seguramente no querría llevar a cabo todo el trabajo que conlleva sanar y cambiar mi mentalidad.
Nos lo han dicho siempre "es mucho mas difícil desaprender y volver a aprender que aprender bien de 0", y por eso queridas, nosotras las personas gestantes, tenemos el poder de cambiar todo esto. El cambio parte de la educación, es ahora cuando tenemos que crear nuestro pequeño ejército de personitas que reivindiquen una sociedad distinta, una sociedad justa.