lunes, 4 de septiembre de 2017

37 (Pienso, luego existo 2.0)

Una de las escasas noches en las que he salido a cenar con una amiga, volviendo en transporte público a mi humilde morada, andando el corto trayecto desde la parada de autobús hasta mi portal, bajo la noche vacía, falta de luz, de estrellas, pensé:
"Pienso, luego existo."
Esa afirmación me describe tanto como mi nombre.
Le comencé a dar vueltas por mi anterior entrada en este blog y por una conversación llena de banalidades que presencié aquella noche, antes de conseguir huir de esas personas sosas y sin criterio.
Tampoco las conozco, quizás si me paro a analizar su cultura y sus deseos y pensamientos me doy cuenta de que son personas maravillosas que merece la pena conocer.
Lo dudo mucho.
Idiotas. Así es como les definiría.
Con esto no quiero decir que yo soy mejor que ellos.
Con esto quiero decir que yo no soy idiota.
Y ellos sí.
No se lo tomen a insulto.
Me he dado cuenta de algo más que quería compartir, apreciáis muy poco el escuchar, y es lo más importante en el aprendizaje. Consideráis el silencio una carga cuando en realidad la carga es las conversaciones banales que intentáis mantener con tal de perder el tiempo.
Me ponéis de los nervios.
Callad.
Escuchad.
Y dejaréis de ser idiotas.
Idiotas.
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