lunes, 5 de octubre de 2020

53 (Cambios)

 Me encuentro en una situación que no quería tener que afrontar aún, irme de casa. 

Mis padres han decidido comprar una casa para asegurarse el futuro, porque vivir de alquiler es vivir desprotegido cuando ya tienes una edad y cierta cantidad de hijos. Esto es lo que nos lleva a mi hermana y a mi a intentar alzar el vuelo y abandonar el nido, porque el emplazamiento de este nuevo "hogar" está lejos de todo lo que queremos cerca. 

Aquí es donde llega el problema, ese que afrontamos todos en esta sociedad capitalista y consumista en la que vivimos, el dinero. Carecemos de él. Yo trabajo para pagarme la universidad, mi hermana para pagarse la academia para las oposiciones, a parte de gastos personales que bueno, se pueden reducir si es para pagar un alquiler. 

Estoy exhausta de pensar en todas estas cosas de adultos y siquiera lo he hecho durante unos pocos días, no me quiero ni imaginar cuando mi mayor problema sea ese, el de mantener el techo que me cubre y a la vez hacer malabares con el dinero para no quedarme atrás en la vida social.

Solo tengo 22 años, no he terminado la carrera, experiencia en hostelería pero con esa experiencia quizás se limpian el trasero. Hoy en día verte un futuro en el mundo laboral está complicado y es frustrante y deprimente lo inútil que te sientes, además de que nos dejamos todas las energías en imaginarnos en la cima de la pirámide alimenticia.

Creo que entiendo a todas las mujeres que acaban prostituyéndose o, por defecto, la pornografía moderna que es el vender tus fotos desnuda.

¿Tengo que llegar a ese extremo?

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martes, 14 de abril de 2020

52 (HOLA)

Hola, a día de hoy siquiera yo estoy del todo segura quién soy, he escrito 51 entradas acerca de mis sentimientos más puros, siempre hablando desde la oscura habitación de la tristeza, y aún así siento que no me he dado a conocer, tampoco es que sea algo imprescindible o el deseo de nadie, pero ya que es un blog tan personal, me gustaría hablar de mi verdadero yo, mi completo yo, no solo mi triste yo, o mi desesperado yo, o mi malo yo.
Porque ese es otro problema que siempre he tenido, hablar bien de mi, se me hacía falso, pedante, pegajoso en el sentido que se quiera entender.
He escrito y borrado la entrada número 52 más de cincuenta veces, aunque no las he contado.
Pero esta va a ser la última.
Hola.


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