martes, 16 de mayo de 2023

57 (Me quiero escapar a un lugar tropical)

 Como leí por ahí, vivo en modo supervivencia, me levanto a las 5:00, desayuno, me visto, cojo el transporte público, y casi sin darme cuenta de cuándo ha sonado siquiera la alarma, ya estoy en la oficina. Jornada de 7 horas en las que un rato se me cierran los ojos, otro estoy activa, otro escucho un podcast, bajo a almorzar una fruta, el pequeño momento feliz del día porque me pongo al sol, y renazco como una flor esperando la primavera. Vuelvo a subir y un rato se me cierran los ojos, otro estoy activa y otro hablando con mis amigas por mensajes.

Al salir tengo que tener todavía energías porque el día no se puede terminar a las 17:00 de la tarde para mi, hay que aprovecharlo, y más cuando aún no has terminado la maldita carrera, y estas desesperada por deshacerte del yugo.

Estoy cansada.

No se cuánto más voy a aguantar este ritmo.

No se cuánto tiempo más durará la fortaleza de en cuanto cobre la nómina, comprar un billete a una isla paradisíaca, con una mano delante, otra detrás y una mochila llena de bikinis, pantalones cortos y crema solar.

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martes, 9 de mayo de 2023

56 (Ya no necesito ayuda, me tengo a mí)

Ha pasado tanto tiempo desde que no me paso por aquí que quizás hasta se me ha olvidado escribir. 

Antes de estas palabras, había un borrador, aquí mismo, una entrada que pudo ser y nunca será, porque la acabo de borrar, en la que hablaba de mi desgana, falta de inspiración, de ánimos, de ganas de crear cualquier cosa. Debo decir que no he salido del todo de ese pozo de indiferencia y falta de creatividad, pero si puedo asegurar que estoy saliendo de él.

Han pasado muchas cosas, y siempre que decía que no tenía sobre qué escribir mentía, siempre he tenido, porque he vivido muchos sentimientos distintos, desde la rabia, la impotencia, la traición, la decepción, el enfado. Pero me daba miedo dejarlas por escrito, porque entonces no serían un secreto, todos sabrían las cosas tan feas que estaba aceptando que me hiciesen, y yo que siempre he intentado empoderar a mis amigas y a las mujeres en general, me estaba quedando en una situación que no hacía otra cosa distinta a minarme el autoestima y destruirme por dentro. Me he dado cuenta que no es tan fácil hablar del daño que te han hecho, te sientes avergonzada y te haces pequeñita. Admiro a todas las mujeres que en situaciones de maltrato han conseguido alzar la voz y salir del lugar en el que no se las estaba tratando como se merecen. Porque podéis pensar que las mujeres pedimos demasiado, pero solo queremos que se nos trate como seres humanos, y con el respeto que eso conlleva y merecemos.

Otro sentimiento con el que me he encontrado a la hora de hablar acerca de la persona y las situaciones que te han hecho daño, es con el miedo, el de que te juzguen, el de que invaliden tus sentimientos, y por desgracia, el de la repercusión negativa que puede haber en la otra persona, porque si te quedas ahí tanto tiempo y después de todo, es porque hay dependencia, y también, por qué no, hay amor, y ese ese amor el que te dice que no digas nada, que no hagas nada, que ya has salido del agujero y lo mejor que puedes hacer es seguir con tu vida y no revisitar el pasado, porque te puede hacer daño a ti, y pueden dejar de quererle a él. Y no le deseas eso.

En resumen, he estado en una relación que, por decirlo de forma bonita, me ha curtido el corazón y la mente, y sé lo que no voy a volver a permitir que me hagan.

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martes, 30 de noviembre de 2021

55 (Necesito ayuda)

 A veces siento que nada es real, que nada importa realmente, que te engañen, que te mientan, las victorias, los fracasos. El tiempo pasa deprisa, no va mas despacio solo porque no consigas salir de tu bucle de dormir, comer, dormir, comer. En ese bucle estoy yo metida, no se como salir. No se donde encontrar las ganas de estudiar, de moverme mas, me siento una hoja en otoño que se ha caído del árbol y simplemente se deja mecer por el viento.

No me esfuerzo en hacer nada, no puedo más, no sé qué hacer, cómo obligarme a avanzar. 

Estoy estancada en el espacio tiempo perdiendo los "mejores años de mi vida", estas cuatro paredes me están comiendo, me mastican, me tragan. Necesito ayuda, no sé a quien pedírsela y tampoco sé como ayudarme a mí misma.

No consigo salir del agujero negro en el que la cuarentena me metió, es raro, antes nunca lo había relacionado con esos meses de mi vida pero cuanto más lo pienso más sentido cobra. No tengo ánimos siquiera para llevar a cabo alguno de mis hobbies, no tengo ánimos de vivir justo por ese sentimiento de que nada es real. Solo existo porque tampoco quiero morir, me gusta vivir, o me gustaba, ahora simplemente ya no se cómo se hace. 

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viernes, 17 de septiembre de 2021

54 (Nunca es demasiado tarde.)

 De lo único que se hablar es de mi pareja, iba a decir que eso es porque es la única que está en constante cambio, pero es mentira, en mis amistades también ha habido cambios, y en mi familia más aún.

Todo en general me afecta, como es normal porque soy un ser humano, pero se podría decir quizás que le doy más importancia a lo que me pasa con mi pareja que a lo demás.

En este tiempo desde que no escribo, que ya siquiera recuerdo desde cuando, ha sucedido que ha vuelto a mi vida una muy preciada amiga de la que me distancié hace dos años. Necesitábamos cierto espacio para no ser tan dependientes la una de la otra, quizás ella bastante más de mi que yo de ella, pero hacía falta. Considero que todo ha sucedido en el momento perfecto, el volver a hablar, el poco a poco vernos más, abrirnos más acerca de nuestros problemas personales.

Por otro lado está mi familia, yo en general con mis padres no tengo muchos problemas, la que sí lo está pasando peor es mi hermana, se apoyan demasiado en ella, hasta el punto de que sinceramente es la matriarca de esta casa. Pronto conseguiremos independizarnos juntas y espero que ella mejore, lo necesita. También espero no ser una carga para ella, que soy yo muy alocada y despreocupada muchas veces. Pienso en los demás pero a la vez puedo ser bastante egoísta.

Por último la universidad, siento que me va muy bien, de un año a otro me ha cambiado la mentalidad de repente. Sé por qué, porque por fin he aprobado las asignaturas de primero que no paraban de apretarme la soga que llevo al cuello, ahora que está más aflojada veo la luz al final del túnel y me veo terminando de forma exitosa la ingeniería. También me ha ayudado mucho ver a una amiga trabajar de ingeniera, siento que se puede, que esto tiene futuro y que no estoy estancada. Me he despertado 6 años más tarde pero tengo 23 años, no es demasiado tarde.

Nunca es demasiado tarde mientras vivas.

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lunes, 5 de octubre de 2020

53 (Cambios)

 Me encuentro en una situación que no quería tener que afrontar aún, irme de casa. 

Mis padres han decidido comprar una casa para asegurarse el futuro, porque vivir de alquiler es vivir desprotegido cuando ya tienes una edad y cierta cantidad de hijos. Esto es lo que nos lleva a mi hermana y a mi a intentar alzar el vuelo y abandonar el nido, porque el emplazamiento de este nuevo "hogar" está lejos de todo lo que queremos cerca. 

Aquí es donde llega el problema, ese que afrontamos todos en esta sociedad capitalista y consumista en la que vivimos, el dinero. Carecemos de él. Yo trabajo para pagarme la universidad, mi hermana para pagarse la academia para las oposiciones, a parte de gastos personales que bueno, se pueden reducir si es para pagar un alquiler. 

Estoy exhausta de pensar en todas estas cosas de adultos y siquiera lo he hecho durante unos pocos días, no me quiero ni imaginar cuando mi mayor problema sea ese, el de mantener el techo que me cubre y a la vez hacer malabares con el dinero para no quedarme atrás en la vida social.

Solo tengo 22 años, no he terminado la carrera, experiencia en hostelería pero con esa experiencia quizás se limpian el trasero. Hoy en día verte un futuro en el mundo laboral está complicado y es frustrante y deprimente lo inútil que te sientes, además de que nos dejamos todas las energías en imaginarnos en la cima de la pirámide alimenticia.

Creo que entiendo a todas las mujeres que acaban prostituyéndose o, por defecto, la pornografía moderna que es el vender tus fotos desnuda.

¿Tengo que llegar a ese extremo?

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martes, 14 de abril de 2020

52 (HOLA)

Hola, a día de hoy siquiera yo estoy del todo segura quién soy, he escrito 51 entradas acerca de mis sentimientos más puros, siempre hablando desde la oscura habitación de la tristeza, y aún así siento que no me he dado a conocer, tampoco es que sea algo imprescindible o el deseo de nadie, pero ya que es un blog tan personal, me gustaría hablar de mi verdadero yo, mi completo yo, no solo mi triste yo, o mi desesperado yo, o mi malo yo.
Porque ese es otro problema que siempre he tenido, hablar bien de mi, se me hacía falso, pedante, pegajoso en el sentido que se quiera entender.
He escrito y borrado la entrada número 52 más de cincuenta veces, aunque no las he contado.
Pero esta va a ser la última.
Hola.


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sábado, 30 de marzo de 2019

51 (Un mar de lágrimas.)

El domingo por la mañana, para nosotros que salimos de fiesta el sábado noche porque aún no habíamos dormido nada, siquiera habíamos llegado a casa, sucedió algo que rompió con una parte de mi, te insulté, como otras veces, pero esta vez no iba a ser igual, tu reacción fue la misma, molestarte e irte, después de yo rechazar tu beso de despedida.
Y aunque todo parecía como otras veces, me sentía más rota que antes, no quería tratarte así, no debía tratarte así.
Me pasé todo el domingo en la cama llorando, creyendo que el que debía pedir perdón eras tu a mi, porque era yo quien se había molestado al final de la noche.
Me pasé todo el domingo pensando en cómo iba yo siempre detrás de ti, como siempre sufría yo los enfados.
Me pasé todo el domingo con la certeza de que tú no sentías nunca nada de dolor, y esto no te estaba afectando de la misma forma que a mi.
Me pasé todo el domingo llorando pero al final, toda la tristeza y el dolor que sentía lo relacioné con la resaca.
El lunes me desperté llorando, pero con la seguridad de que no te hablaría hasta que tú no lo hicieses, porque yo ya había sacado la bandera blanca y tu me habías contestado "Yo ya paso, no te voy a decir lo mismo de siempre"
El lunes, antes de dormirme, te hablé.
Empecé el martes corriendo, y a mitad de carrera me paré a mirar una fila de orugas mientras lloraba, tenía la certeza de que estaríamos por lo menos una semana sin saber nada el uno del otro.
Empecé el martes con el pie izquierdo, como el domingo, como el lunes, pero me decidí a ir también a clase, aunque solo quería quedarme en la cama.
Antes de decir lo que pasó justo cuando llegué a la parada del autobús para irme, creo en el destino, y que este no para de llevarme a ti. Y a ti a mi.
Empecé de verdad el martes cuando me escribiste que no aguantabas más sin verme, que lo habías intentado, y que si no me había ido a clase me fuese a estudiar contigo a tu casa.
Lloré todo el camino que hay de la parada de autobús a tu portal.
Intenté tranquilizarme subiendo las escaleras al tercer piso.
Lloré en cuanto me abrazaste.
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martes, 9 de octubre de 2018

50 (Sentimientos.)

Últimamente me he parado a pensar un poco más en por qué actúo de la forma en que lo hago, no he llegado a una conclusión aún, lo haré algún día.
Lo que sucede, y lo que me lleva a autosabotearme y mandarme de cabeza al fracaso, es mi poca perseverancia, en cuanto me estanco en un ejercicio porque no entiendo por qué se usa esa fórmula, dejo de estudiar el día entero, y si tengo suerte puedo seguir estudiando la asignatura al día siguiente hasta que llegue a otro ejercicio que no me salga. Esto me ha llevado a suspender más de una asignatura, entro en un bucle de decepción conmigo misma continua, cuando no lo entiendo me siento estúpida por no entenderlo, por sentirme estúpida por no entenderlo me pongo triste porque no hay nada que más me afecte que sentir que no soy inteligente, por ponerme triste me desanimo, al desanimarme dejo la asignatura, suspendo, y me siento tonta. Los suspensos no determinan vuestra inteligencia, pero en mi cabeza la mía si.
Lo malo es que no lo hago solo con mis estudios, también lo hago con mis relaciones, la mayoría de las veces en cuanto falla algo y no entiendo por qué simplemente me doy la vuelta y sigo hacia delante, dejo que todo se enfríe y se quede en el pasado.
Últimamente es cierto que gracias a las personas de mi alrededor lucho un poco más, mi relación pasada hubiese terminado muchísimo antes de comenzar si no me hubiese ayudado una amiga a no apartar la mirada del asunto, aunque a veces pienso hasta qué punto fue beneficioso para los dos seguir estando juntos en ese momento.
Hace pocos días, se me dijo algo que me dejó pensando: 
"No entiendo cómo puede actuar de forma tan impulsiva teniendo el coco que tienes"
"¿A qué te refieres?"
"A que analizas de una forma muy lógica los sentimientos"
"Es que no los controlo"
"Pues hay que aprender a controlarlos"
¿Tiene razón, nos tenemos que dejar llevar por los sentimientos o tenemos que controlarlos?
Siempre he relacionado la inteligencia con la frialdad del que siente pero sabe como sin descontrolarse, a mi los sentimientos me desbordan, soy muy empática y creo que es algo que me molesta muchísimo de mi porque, por regla de tres, no me considero inteligente.
También tengo la teoría del que comprende, controla, yo comprendo mi descontrol, ¿pero eso me hace controlarlo?
Tengo tantas preguntas acerca de los sentimientos, las emociones, el cerebro, nosotrxs lxs humanxs.
Me crea mucha angustia los sentimientos.
Desearía no sentir nada.
Quizás suena muy tóxico, pero me encantaría tener tu temple, tu pasotismo, no te hacen daño.
¿Se resume todo a eso?
¿A evitar el dolor?
¿En qué momento he pasado de buscarlo a querer evitarlo?
Cuánto he cambiado en un año, sin haber cambiado nada en realidad.
Muchas veces este mundo con tantas posibilidades de elección me angustia y me gustaría no vivir más, ser un shinigami que observa y analiza los humanos.

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viernes, 24 de agosto de 2018

49 (Bélgica.)

Hoy quiero hablar de ti, no se si estoy haciendo las cosas bien, si las estoy haciendo mal, a donde nos va a llevar todo esto, te vas a Bélgica con ella, y tú no ves el problema, me estoy empezando a sentir un poco demente por yo sí verlo.
Dices que no sabes si vas a poder controlarte, yo te digo que no voy a aguantar eso, me dices que sí vas a controlarte, que confíe en ti, no confío en ti, al igual que tú en mi tampoco, no te culpo, no soy de fiar, aún así, aunque no lo sea, te he dejado las cosas claras, hacia dónde va lo que siento, estas confuso, se está aprovechando de tu confusión, eres un idiota, de verdad que no te das cuenta de nada.
Me dijiste que te ayudase a elegir, eres un egoísta, yo no te pedí algo tan cruel, yo no puedo ayudarte, sé como hacer que me elijas, no quiero eso, quiero que me quieras elegir, esto no son las elecciones, no te tenemos que vender nuestro partido político, está en ti, en lo que sientes.
Me dices que no puedes quedarte con ella y después verme sin arrepentirte, pero también que de las dos, ella se lleva tus sentimientos, yo te digo que no te puedo dar el amor que te dio ella, no de la misma forma, yo no soy ella, no pienso como ella, no actúo como ella, yo soy yo.
Me estás confundiendo.
Tú dices que no sabes por qué le das tantas vueltas si en realidad ya has elegido, yo digo que tienes razón, que ya has elegido, tú me dices que ambos sabemos a quién, yo te digo que a Bélgica, tu me dices que no, que a mi.
No te creo.
Las palabras se quedan en eso, palabras, si no se cumplen.
No quiero que me hagas daño.
Estoy harta de dejarme hacer daño.
Todo lo dirá Bélgica.

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domingo, 1 de julio de 2018

48 (Mis últimos meses)

Prólogo
Duermo, no descanso, no sueño, me levanto, obligada, por obligación, tengo obligaciones.
Tomo pastillas para la concentración, para aprobar, seguir adelante, las tomo para que se acabe el año.
Mucha energía, demasiada, me recorre y corro, de un lado a otro, no pienso, no mucho, si no demasiado.
Estoy aprobando, avanzando, drogando, las recomiendo.
No estoy triste, no tengo tiempo, ni para escribir, no puedo, necesito tristeza.

Capítulo 1
Sigo sin tener el valor de decirle a mi madre que ya no somos pareja, me pregunta por ti.
Has vuelto, sabía que lo harías, algunas amigas me lo dijeron también, "quien se fue sin ser echado vuelve sin ser llamado".
No lo sabes pero si llegas a volver un poco antes, quizás ahora mismo estaríamos juntos.
Todo esto debería de tener el valor de decírtelo a ti personalmente, cara a cara, tuve mi oportunidad el día que me dijiste "tengo claro que quiero volver y quiero que en nuestra relación nos veamos más, ¿tú qué quieres?", pero tenía que barajar tantas posibilidades, y contigo delante me era imposible pensar en otra cosa que no fuese besarte o perderme en tus ojos.
Lo estoy alargando tanto porque los exámenes me están absorbiendo la energía. No tengo energía para enfrentarte.
Te quiero.
Pero...

Capítulo 2
Siquiera me fijé en ti al principio, no me interesabas, y tú me veías insoportable.
Han pasado tantas cosas desde que entraste a trabajar. Ahora siento que te voy conociendo, y tu ya me soportas.
Eres una de las razones principales por las que me quedo contigo, no busco más de lo que me das.
Somo amigos, buenos amigos, y los demás saben que somo amigos, de una forma distinta a la que lo somos, pero amigos.
Somos un secreto a voces.

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